Mal de escuela.

Leer mal de escuela me ha hecho recordar viejos momentos en el colegio, acordarme de amigos y profesores y sobre todo, reflexionar, no solamente sobre el colegio, sino también sobre la sociedad en general desde distintos puntos de vista que no conocía. A continuación expongo la descripción que realiza Pennac sobre el zoquete contemporáneo, representado en la figura de Maximilien:

‘’Maximilien es la imagen del zoquete contemporáneo […] adolescente nacido en los barrios periféricos […] aficionado a las marcas y a los teléfonos móviles […]con fama de tener buenos puños, provocador, camello, incendiario o germen de extremista religioso […] una imagen que cocina con todas las salsas del cine, de la literatura, de la publicidad y de la información. Maximilien es, a la vez, la imagen de lo que da miedo y la imagen de lo que hace vender, el héroe de las películas más violentas y el vector de las marcas que más se llevan’’

De todo el libro, esta descripción del zoquete contemporáneo no es lo que más me ha marcado o me ha hecho reflexionar pero me parece algo que es tan curioso que merece ser recalcado. Creo que es una descripción increíblemente precisa de lo que veo en las calles tanto de día como de noche. Son chavales, cada vez más jóvenes, con actitud chulesca y todos vestidos de forma muy similar. Juegan, por grupos, a ser ‘gangsters’ en las calles intentando llamar la atención, haciéndose notar con su música, andares, jerga y su incesante olor a marihuana. Es cierto que son un producto de películas, videojuegos y marcas de ropa y parece ser que no tienen nada mejor que hacer con sus vidas que creer vivir en una mafia cuando realmente son zoquetes que no han tenido a nadie que les salve de ser unos zoquetes

Hace ya varios años que se escribió Mal de escuela y la experiencia de Pennac le ha permitido calcar en un corto capítulo al sector zoquete de la juventud de hace unos años y de ahora, algo que me parece extremadamente curioso. Esto, y el resto de anécdotas y experiencias que cuenta Pennac me hace pensar que gente con esta experiencia en la educación es la que debería de encargarse de elaborar el sistema educativo, no el político de turno que ha llegado a su puesto a base de poner cafés a sus superiores.